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Que yo no quiero que esta vida se me gaste.

jueves, 25 de junio de 2009

Entrevista Tomada de Habana Radio.

Entrevista a Mayra Navarro
Por: Marilyn Garbey garbeymarilyn@yahoo.es
Realizada el 25 de marzo del 2007

Cada año, con la primavera, llega la convocatoria de los narradores escénicos. ¿Por qué esa feliz coincidencia?
Sabes que la primavera es vida y que los cuentos vida son. Por eso hemos decidido que alrededor del veinte de marzo, equinoccio de primavera, nuestro festival convoque a los narradores orales para compartir el arte de la palabra viva; pero también hay otra razón, y es que el veinte de marzo es el Día mundial de la narración oral, el día en que todos los narradores del mundo celebramos el ser parte de este arte, de esta profesión. Hay otra coincidencia más, y es que en 1989 se celebró en Cuba, en la ciudad de Camaguey, por primera vez, un festival de narración oral.
El arte de contar cuentos surgió en los orígenes de la humanidad.

¿Por qué crees que, en la era de la Internet, el público sigue acudiendo al llamado de la narración oral?
El arte de contar cuentos surgió con los primeros hombres por esa necesidad de los hombres de compartir, de comunicarse, de encontrar razones para cosas que no podían explicarse. Ese hecho comunicacional se continuó desarrollando y se ha ido conformando el cuerpo de tradiciones, de leyendas, de mitos, de todo lo que tiene que ver con la cultura del hombre a lo largo de milenios. Es por es que, en el siglo XXI, cuando las comunicaciones son muchas veces hasta virtuales, las personas siguen buscando esa otra comunicación, que es la comunicación de mirarse a los ojos, de escucharse frente a frente y de relacionarse en vivo y en directo. Nos hemos convertido en una suerte de hacedores de la contracultura, es decir, la cultura de la sobrevivencia, no porque detestemos o despreciemos los adelantos científico-técnicos sino porque también pensamos que la humanidad no debe perder eso que nos caracteriza y nos distingue entre todas las especies.
Quiero que Mayra Navarro, formadora generaciones de narradores orales escénicos, me defina cuáles son las características que debe atesorar un narrador oral escénico.Hay cuenta cuentos que no son narradores orales escénicos, son solamente narradores orales. El término narrador oral escénico fue creado por Francisco Grazón Céspedes, la persona que fundó la Cátedra Iberoamericana Itinerante de narración oral escénica. Desde su oficio de investigador y de actor, él pudo demostrar que este hecho artístico comunicacional también puede ser un acto escénico. Para ser un narrador oral escénico, en sentido general y amplio, primero que todo deben ser personas que sientan la necesidad de comunicarse, con un dominio del lenguaje oral, con una conciencia de su cuerpo, de cómo el lenguaje oral se mezcla constantemente con los lenguajes no verbales y adquiere matices y significados diferentes. Debe tener una cultura en la cual se pueda basar, estoy hablando de una cultura literaria, de una cultura artística, en la cual se pueda basar este hecho artístico comunicacional. Los narradores orales deben ser buenas personas, que sientan que eso que hacen es importante para él en primera instancia, para el público, y para poder crear esa magia que es el proceso de compartir la historia, porque el narrador no es solamente el que cuenta, el público cuenta también como un interlocutor, devuelve esa energía, la reelabora. En ese instante el cuento vive, es un instante efímero, frágil, irrepetible, pero crea esa situación tan especial, que es el acto de contar, ese esfuerzo creador entre el narrador y su público.

¿Cree Mayra Navarro que los narradores orales escénicos pueden contribuir al buen uso del lenguaje español?
Pues debemos contribuir, sobre todo cuando contamos para niños. Los niños aprenden a hablar por imitación, ellos están inmersos en las sociedades donde viven y escuchan a su familia, a sus compañeros en la escuela, a la gente que pasa por la calle, y reproducen ese entorno. El narrador oral cuenta cuentos, cuando trabaja con los niños, debe ser un modelo, debe hablar bien para que los niños puedan imitarlo y adquirir un vocabulario nuevo, ampliado, deben perfeccionar la articulación, la proyección. Uno de los objetivos de contar cuentos para los niños, además de divertirlos, es el de desarrollar su imaginación, de fomentar el sentido del humor y de que también estos cuentos puedan servir para motivarlos en la escuela, en la vida cotidiana.
Quienes conocen a Mayra Navarro saben que ella es, junto a Fredy Artiles, una de las grandes promotoras del teatro para niños y para jóvenes. Llegué a los cuentos antes que al teatro. Yo fuí narradora oral desde 1962, y llegué al teatro después, en una etapa de mi vida en la cual trabajé como especialista de teatro de la antigua Dirección de teatro y danza del Ministerio de Cultura, hoy es el Consejo Nacional de las Artes Escénicas. Allí tuve a mi cargo desarrollar la labor de los grupos que había en todo el país, en aquel momento eran 28, y velar por su línea artística, velar por el repertorio, estar al tanto de cómo ellos recibían el apoyo de sus instituciones, de sus municipios, de sus provincias. Como ese arte para los niños debía estar en constante movimiento y desarrollo, se organizó una escuela de superación de actores en el Parque Lenin, no existía el ISA todavía, no había una formación sistemática del actor de teatros para niños, como tampoco la hay mucho ahora. Ahora hay una conciencia de que los que hacen el teatro para niños somos teatristas con una especialización en el títere, con la proyección hacia los niños. En ese momento esa era mi responsabilidad. Yo impartía Literatura infantil y Narración oral. Muchos de los actores que están en ejercicio hoy, han sido mis alumnos en los numerosos talleres que he impartido. Esto se ha ido desarrollando y ahora somos muchos más.

Mayra Navarro conoce al dedillo el movimiento de narradores orales de Cuba, y de buena parte de América Latina y del mundo de habla hispana. ¿Cómo evaluarías la salud de la narración en Cuba?
Tengo que decirte que ya no los conozco tan al dedillo porque los narradores últimamente están creciendo y apareciendo como sale la hierbita después de la lluvia, ya somos muchos los narradores. Algunos que han sido mis alumnos y que son ya narradores experimentados, también han dado sus talleres y han ido formando otros narradores. Conozco algunos narradores de otras latitudes porque he tenido la posibilidad de relacionarme con ellos en festivales, en encuentros. En este Festival Primavera de Cuentos estamos recibiendo a narradores de Argentina, de Perú, de España y de Colombia. La salud de la narración oral en Cuba es buena porque no está detenida, hay búsqueda, hay estilos diferentes, hay tendencias, hay necesidad de hacer, hay creatividad. Los narradores asumen muy bien ese reto de llenar un espacio vacío con palabras, con la voz, con los gestos, y sin ningún otro recurso de integración de las artes, de cambios de luces, de música, convocan al público en una intensa relación para crear imágenes y compartir las historias que se cuentan.

La Primavera de Cuentos de 2007 ha dado pie a un hecho inusitado y que se esperaba hace mucho tiempo: la confluencia en un mismo espacio de narración de narradores de diversas tendencias. ¿Por qué ahora?
Yo trabajaba con la Cátedra Iberoamericana de Narración Oral Escénica, que tenía lineamientos que había que seguir. Ya no trabajo con la Cátedra y tengo otra apertura para seleccionar a los participantes. Primavera de Cuentos privilegia la esencia misma del arte de contar. Hay muchas tendencias, hay muchas formas de contar, con otros recursos, con títeres, con objetos, con vestuarios. Nosotros privilegiamos esa esencia, es decir, el narrador en el escenario desierto, solamente con sus recursos expresivos: la palabra, la voz, los gestos del cuerpo, su relación con el espacio. Las personas que vienen al Festival se asumen de esa manera, lo cual es un reto para los que cuentan desde un personaje, los que utilizan otros recursos expresivos. Hay muchos festivales en Cuba ahora y no tendría ningún sentido que todos los festivales fueran iguales. El hecho es convocar al narrador sino ortodoxo en el más estricto significado de la palabra, sí al narrador que esté lo más cerca posible de esa esencia, de eso que está en la génesis del cuento contado de viva voz. Eso es lo que Primavera de Cuentos promueve.

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